Seguramente te explicaron en la escuela eso que llaman: objecto directo, hiciste tus exámenes y ¡los ganaste! Fabuloso. Pero ahora, al pasar el tiempo se te ha olvidado y que quieres aprender otro idioma -especialmente los que tienen casos de declinación- y te das cuenta que por todos lados sale el famoso "objecto directo"... Pues bien, si comprendes el objeto directo en tu idioma materno, te será mucho más fácil entender las declinaciones.


Es también llamado complemento directo, es quién o qué recibe directamente la acción del verbo. Los verbos que construyen un complemento directo se llaman: transitivos, porque, necesitan de un complemento para ejercer su acción. Por ejemplo:

  • comprar,
  • ver,
  • pintar.

Resultará, pues, natural que estos verbos requieran la presencia de algo que las reciba; en cierta manera, para que la acción tenga sentido. Las oraciones que tienen verbos transitivos como parte del predicado se llaman: oraciones transitivas. Normalmente, estas se contruyen sin preposiciones, pero exige, según los casos, la preposición a para persona, y también con algunos que hacen referencia a los animales o a las cosas.


Por otra parte, hay verbos, que no requieren de un complemento. Por ejemplo: brillar significa "emitir" luz, no se requiere de un objeto que reciba tal emisión para que podamos concebirla. Se puede aplicar esta lógica para saber cuando un verbo es transitivo o no.

¿Cómo saber si en la oración hay objeto directo?

Si el complemento del verbo, pude ser sustituido por los pronombres: lo/la/los/las, entonces hay objeto directo. Ejemplo:

  • No pienso leer este libro → No pienso leerlo.
  • Dame la mano → Dámela.

Cada pronombre debe concordar con el género y número del complemento. Los pronombres también pueden ir antes que el verbo:

  • Me prometiste que vendrías. → Me lo prometiste.
  • Unas luces iluminaban el camino. → Unas luces lo iluminaban.